Add parallel Print Page Options

27 Por eso cantan los trovadores:

¡Venid a Jesbón!
¡Qué fortificada estaba
y qué firmemente construida,
la ciudad de Sejón!
28 Pero salió fuego de Jesbón,
llamas de la ciudad de Sejón,
que devoraron Ar de Moab,
a los señores de los altos del Arnón.
29 ¡Ay de ti, Moab!
¡Estás perdido, pueblo de Quemós!
Tus hijos se dieron a la fuga,
tus hijas siguen cautivas
de Sejón, el rey amorreo.

Read full chapter